Rocas, Cuevas y Montañas
En las estribaciones de las montañas Altái, en Siberia, se encuentra la cueva de Denísova. Este lugar es único en el mundo, ya que alberga fósiles pertenecientes a los Denis óvanos, una misteriosa especie humana antigua. Aunque no sabemos exactamente cómo eran los Denis óvanos, los fragmentos de huesos y dientes encontrados en esta cueva nos revelan que coexistieron con los neandertales. Además, la cueva de Denísova es el único sitio donde se han hallado restos de ambas especies juntas.
Refugio en la Prehistoria
Pero la historia de las cuevas como refugio humano no se limita a Siberia. En todo el mundo, nuestros antepasados utilizaron estas formaciones naturales para protegerse de los elementos y los depredadores. Por ejemplo, en Oldoway, Tanzania, se descubrió una alineación de piedras en semicírculo, que es la evidencia más antigua de refugio humano. Estas cuevas también sirvieron como lugares de sepultura y ofrendas funerarias.
Europa y sus Antiguos Habitantes
En Europa, los homos sapiens llegaron hace entre 40.000 y 50.000 años y eligieron diversas cuevas para establecerse. Al sur de Stutgart, cerca de la frontera suiza, se encontraron seis cuevas en la década de 1860. Estas formaciones rocosas no solo ofrecían refugio, sino también un sentido de pertenencia y conexión con la naturaleza.
La Protección Natural de las Cuevas
Las viviendas en el Paleolítico eran simples y temporales, construidas con materiales disponibles en el entorno. Las cuevas naturales proporcionaban protección contra los elementos y los animales salvajes. Imagina a nuestros antepasados encendiendo fuego en la oscuridad de una cueva, compartiendo historias y experiencias mientras se resguardaban del frío y la incertidumbre.
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